Que los chips mueran antes del tiempo estimado puede ser por varios factores.
Ya sea en el proceso de diseño, en el desarrollo o en la propia fabricación.
Si cualquiera de estos no sale al 100% bien puede reducir considerablemente la vida del chip.
Los chips tienen miles de millones de transistores y en la gran mayoría de los chips no funcionan todos los transistores.
Solo un pequeño porcentaje de chips del mercado funcionan todos los transistores al 100%.
Una vez fabricados las empresas clasifican los chips mediante el binning.
Es decir fabrican un procesador con sus mayores especificaciones y según a lo que alcance el chip en la prueba, se va reduciendo sus características.
Hasta llegar a donde este chip pueda llegar y entonces se saca al mercado.
Antes de ponerse a la venta muchos de estos mueren.
Incluso una vez que salen al mercado mueren mucho antes de lo esperado.
Hoy en día al estar en una carrera continua de reducir los nodos de los chips, estos salen más defectuosos.
Un mal diseño puede provocar fácilmente una muerte mucho más prematura.
Aunque la fabricación de estos sea casi completamente automatizada, puedes haber muchos errores a la hora de su fabricación.
Ya sea por fallos del momento, materiales contaminados o cualquier otra cosa.
Y esto también reduciría la vida de nuestros procesadores considerablemente.
Aunque los chips suelen tener protección electrostática, esta puede ocurrir y fundir nuestro chip en un instante.
Aunque estos hayan alcanzado el proceso final de fabricación pueden fallar.
Ya que cuando se ponen en funcionamiento pueden estar mucho tiempo en marcha.
También afecta el entorno en el que estén, ya sea muy caluroso, húmedo…etc.
Todo esto afectara a la durabilidad de nuestro componente.
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